04 Feb
04Feb

¡LA “INFLACIÓN”… PRODUCTO DE LA GLOBALIZACIÓN! II

Por J. C. M.


Hay verdaderos investigadores en eso de la nutrición y es mejor hacerles caso. Hay un libro que anda rondando por las librerías de dos años para acá y se llama “Cerebro de pan”, de un médico muy prestigiado, dedicado al tratamiento e investigación de las enfermedades como el Alzheimer y el mal de Parkinson, y que después de tratar miles de casos, se le ocurrió escribirlo. Me refiero al Dr. D. Pearlmutter, quien afirma que dichas enfermedades son crónico-degenerativas y tienen su origen en una mala alimentación y que el cerebro muere de inanición, provocando mucho dolor y desánimo en pacientes y familiares. Todo esto por la mala costumbre de eliminar de sus dietas el “maldito colesterol”, tan satanizado por miles de médicos y nutriólogos. Sus investigaciones han dado como resultado que, para evitar estas terribles enfermedades hay que comer “mucho colesterol” ya que es el alimento base del cerebro. Entonces ¿por qué lo recomiendan?

Resulta que su investigación en este renglón ha producido un cambio en la visión alimenticia de los E.E.U.U. y la mayoría de los productos etiquetados llevan la leyenda “libre de gluten”. Aquí está la clave de este asunto. El gluten, como su nombre lo dice, “glu” es un pegamento que contienen las harinas a base de trigo, que es el responsable de fijar en las arterias las partículas de colesterol. Por este fenómeno es que el colesterol bloquea las arterias. Si quita de la dieta el gluten de las harinas de trigo, se evitará esta fijación y el colesterol correrá libremente para llegar a alimentar el cerebro.

Este fenomenal descubrimiento le ha valido el reconocimiento mundial al Dr. D. Pearlmutter.

Hay un médico-investigador de la nutrición; es mexicano y está cimbrando los pilares de la nutrición en México al afirmar que el agua, tan recomendada por los profesionales de la nutrición, es una aberración alimenticia y afirma que el agua embotellada es nociva para la salud… ¿Cómo está esto? Afirma que al purificar el agua – de 40 a 50 años para acá- la han despojado de los minerales básicos para una buena nutrición. Parte del principio de que el alimento básico del hombre es el oxígeno y le sigue la sal. En este caso, al eliminar los electrolitos del agua en el proceso de purificación, lo que queda es un agua “sin conectividad”, dando al traste al funcionamiento de los procesos eléctricos del cuerpo. Consumir el agua sin electrolitos hace que los espacios intercelulares se llenen de agua y venga un sinnúmero de padecimientos como la hinchazón, el estrés, el insomnio, la mala digestión, y a pesar de consumir mucha agua, la verdad es que morimos de sed.

Casi todas las enfermedades modernas como la fibromialgia, la artritis y otras muchas, se originan en la baja de consumo de electrolitos. Dejen de tomar los dos litros de agua recomendado por médicos y nutriólogos y tomen “suero” que contiene los electrolitos básicos para la alimentación del ser humano. ¡Hay que dejar el agua y tomar suero! Porque antes de la purificación de la misma, el hombre tomaba agua de pozos, ríos, lagunas, manantiales y deshielos ricos en minerales, de los cuales los han despojado y surgen todas estas enfermedades que se dan a partir de su purificación.

El Dr. David Duarte nos sugiere una forma fácil y barata para producir en casa el suero que será parte fundamental de nuestra alimentación. Se prepara así: para un litro de agua, añadir el jugo de 2 a 4 limones (según el gusto), una o dos cucharadas de miel pura de abeja, media cucharadita cafetera de sal de mar y una cucharadita rasa de bicarbonato de sodio. Haz según estas proporciones el suero que requieras diariamente; tiene una vigencia de 24 horas.

El investigador mexicano recomienda tomar suero sólo cuando tengas sed y se lanza a la yugular de la alimentación oficial al declarar que ¡no somos vacas! Para comer tanto forraje y desaconseja comer frutas y verduras (¡bomba!). Las frutas, porque son pura azúcar y las verduras porque no tienen valor nutritivo y son pura fibra y celulosa, por eso el estómago las rechaza y te aligera el intestino.

No satanizamos las frutas y verduras; sólo hay que comerlas con moderación porque su manipulación genética sólo ha servido para hacerlas atractivas y duraderas, en detrimento de su valor nutricional y su sabor. Cada temporada, según su altitud y ubicación geográfica, la naturaleza provee las frutas y verduras para la zona y la necesidad adecuada. Se recomienda no comerlas fuera de su estación o en una región ajena a su producción.

Aduce que una vaca tiene que comer todo el día y comer diario el 10% de su peso, primero por el bajo valor de nutrientes del forraje y porque posee cuatro estómagos para digerir la celulosa del pasto. Insiste: ¡no somos vacas! Somos más parecidos al oso y a muchos felinos, y hace un comparativo de los estómagos. También comenta que hay que eliminar la leche y todos sus derivados, lactobacilos, mantequilla, quesos, yogurts; que no somos becerros y lo único que provocan es una acidificación de nuestro cuerpo dando pie a una cantidad de enfermedades e infecciones.

En concreto, aboga por una alimentación a base de suero, fermentados naturales como el pulque, el tejuino y el tepache, que son los fermentados de nuestro medio geográfico, y comer una dieta a base de carne de res. Recomienda también las sardinas o peces de aguas mar adentro porque el resto de los peces de ríos y costas marinas están contaminados por mercurio y que la brevedad de vida de esta especie evita su contaminación. Del cerdo y los crustáceos, habla de ser animales “carroñeros” y que contienen grandes cantidades de ácido úrico con sus malévolas consecuencias. El Doctor David Duarte, que nos trae esta nueva visión de la medicina greco-árabe, comenta que tiene sus cimientos desde la época de Hipócrates -el padre de la Medicina- y Avicena, su correspondencia en la medicina persa.

En resumen, hay que reducir al máximo la ingesta de harinas, carbohidratos -sólo la miel pura de abeja-, frutas y verduras; en esto coincide con el Dr. D. Pearlmutter: en comer mucho colesterol (carne con gordito).

También coincide con otro gran investigador italiano, Dr. Tulio Simoncini quien atribuye la pandemia del cáncer a la ingesta de harinas -carbohidratos- al acidificar el cuerpo y abrir la puerta a las infecciones. Este médico, rechazado por la comunidad médica italiana, afirma que la acidificación del organismo, por azúcar y harinas, hace que unos inofensivos hongos, que son parte de la flora intestinal, se multipliquen y sean la causa de terribles enfermedades como el cáncer y es muy polémico porque cura a sus pacientes sólo con infiltración de soluciones a base de bicarbonato de sodio (golpe a la economía farmacéutica). Dice que todos los cánceres son producidos por el terrible hongo llamado “cándida” y la candidiasis, que es la enfermedad que provoca, es la responsable de millones de muertes alrededor del mundo.

Así las cosas, pongo a consideración del amable lector esta información para que no se enferme por ignorancia y para terminar con el dominio de la Química en la cura de enfermedades cuyos efectos son los que las provocan, dando pie al desarrollo de otro terrible flagelo, del cual somos su víctima favorita: el sobrepeso.

Llevando a cabo estos consejos nutricionales, llegaremos a una vejez prolongada con buena salud y sin el despojo pecuniario que conlleva la mala nutrición.

En pocas palabras, muévete…pero no tanto. Trata de hacer ejercicio moderado para no dar al traste con las articulaciones, mantén tu cuerpo alcalino para evitar el cáncer y las infecciones, come carne con gordito para alimental el cerebro, no comas carbohidratos -pan, pastas, pizzas- para evitar la acidez, evita los refrescos para no caer en los brazos de la diabetes, toma suero con sus benéficos electrolitos, no comas ni bebas productos lácteos y evitar la candidiasis.

Si haces esto, llegarás muy sano al final de tus 100 años, saludable, sin sobrepeso, con un corazón fuerte y una mente ágil y creativa… Y sobre todo, no le hagas el juego a la comida rápida porque rápido te vas. ¡Ya basta de pescado con mercurio, de pollos con hormonas, de verduras con amibas, de carne de cerdo con cisticercos, de camarones con ácido úrico, de alimentos enlatados, de azúcares, conservadores y colorantes artificiales!

No cierres los oídos y ¡bienvenido a una larga y fructífera vida! ¡Adiós a la “inflación”!


Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO